Se llamaba Miss Tacna

Un docuweb familiar por Marina, Benjamín y Viviana Quea

Se llamaba Miss Tacna

Un docuweb familiar por Marina, Benjamín y Viviana Quea

Nací y crecí en una familia de policías

Mis dos abuelos hicieron carrera en la Guardia Civil del Perú (hoy Policía Nacional), al igual que mi papá, sus hermanos y algunos de mis primos paternos. Por el lado de mi mamá tengo tíos y tíos abuelos que también son policías. Todos ellos fueron formados en una ética estricta de servicio al país que dejaba poco espacio a la vulnerabilidad y enfatizaba más bien ciertos arquetipos de masculinidad, la jerarquía de poderes y valores como el honor y la disciplina.

Mi papá nació en 1935 y desde muy joven ha estado fascinado por los caballos. Durante la década del 70 participaba con frecuencia en competencias de salto pero, poco después de que yo nací, cambió de puesto dentro de la policía y dejó de competir.

Recuerdo nuestra casa siempre llena de objetos inusuales: herraduras, monturas y, por supuesto, fotos. La mayoría de estas cosas fueron desapareciendo con el pasar de los años a excepción de una foto enorme, que hasta ahora ha resistido a los remates de garage de mi mamá y a los cambios de decorado, y que cuelga de una pared del escritorio de mi papá. Lo retrata en un gesto temerario, saltando a caballo sobre unas vallas de madera.

Desde que tengo memoria, esta imagen ha estado ahí con nosotros, yo le llamo “la foto del metro ochenta”, en alusión a un relato recurrente en nuestra familia. No fue sino hasta hace muy poco tiempo que caí en la cuenta de que es imposible que esta foto corresponda a un salto de un metro ochenta y que mi versión de la historia estaba no solo bastante incompleta, sino también desfigurada: fechas mezcladas, cadenas de eventos que no se corresponden entre sí, etc.

La insistencia de mi papá por revisar sus recuerdos y nuestra curiosidad nos llevó de vuelta al archivo familiar. Una foto llevó a otra y así fuimos abriendo y tejiendo la memoria a partir del intercambio de lo que cada uno vivió, sintió o dijo. Casi 45 años después del instante en el que esta foto fue tomada, redescubrimos a Miss Tacna y recordamos por qué fue tan importante.

1 de Mayo de 1957

En mi promoción de cadetes éramos 46. Uno era panameño, 15 habían sido guardias y 30 éramos postulantes civiles.

Cuando uno es cadete quiere ser de caballería, porque el de caballería siempre es más orgulloso que el de infantería.

Cuando yo entré a la escuela de oficiales había un problema. Salían las marchas de campaña todas las semanas y eran a pie. En cambio, los de caballería iban montados, así que yo agarré y postulé a la caballería. Era más difícil que lo seleccionen a uno para la caballería. A partir de ahí, ya yo me familiaricé con los caballos.

1 mayo 1957
1 mayo 1957

1 de Mayo de 1957

En mi promoción de cadetes éramos 46. Uno era panameño, 15 habían sido guardias y 30 éramos postulantes civiles.

Cuando uno es cadete quiere ser de caballería, porque el de caballería siempre es más orgulloso que el de infantería.

Cuando yo entré a la escuela de oficiales había un problema. Salían las marchas de campaña todas las semanas y eran a pie. En cambio, los de caballería iban montados, así que yo agarré y postulé a la caballería. Era más difícil que lo seleccionen a uno para la caballería. A partir de ahí, ya yo me familiaricé con los caballos.

1 mayo 1957
1 mayo 1957

En realidad..es peligroso, ¿no? Pero a uno le gusta, pues a esa edad. Uno busca el peligro, ¿no? Y busca destacar entre todos los demás. Y los demás siempre tienen miedo. Hay gente que tiene miedo sin acercarse al caballo y menos montarlo y mucho menos hacer piruetas con el caballo, ¿no? Esa es la verdad.

Encontré esta yeguita pues que era de un compañero que trabajaba conmigo. Yo era comandante y él era mayor. Le puso de nombre Miss Tacna porque su esposa había sido Miss Tacna. De ahí se quedó esa yegua con ese nombre.

Pero la yegua no le obedecía. Se plantaba en cada esquina, se paraba en dos patas y no avanzaba un paso.

Así que yo le dije, yo la voy a corregir, me subí a la yegua y la domé pues. Le metí un par de fuetazos y la yegua comenzó a hacer lo que yo quería.

Desde ahí, esta yegua comenzó a saltar cualquier cantidad y se pasó varias veces las marcas más elevadas que había en ese entonces.

Potao Peru

Nadie podía montarla

Había un mayor, que era mi amigo, era también un brillante jinete, pero un día yo no llegué a la hora del concurso y entonces él se subió a la yegua para aprovechar. No pudo controlarla, no pudo saltar ni un palito, se quedó fuera del concurso. Eso es lo que me acuerdo de esa yegua celosa.

¡A mí no me podía ver ni en pintura!

Ya nos entendíamos, nos entendíamos muy bien.

Yo le hablaba, ella me seguía sin necesidad de yo jalarla con la rienda. Sí, sí, recuerdo esa etapa.

A tu mami no la podía ver. Cuando la veía ya le quería morder el cabello, había que tener cuidado porque pegaba unos arrancones… A los otros caballos, por ejemplo, les mordía la cola y les sacaba los mechones, ¿no? Así era esa yegua, bien celosa, pero muy buena.

Marinita

¡A mí no me podía ver ni en pintura!

Ya nos entendíamos, nos entendíamos muy bien.

Yo le hablaba, ella me seguía sin necesidad de yo jalarla con la rienda. Sí, sí, recuerdo esa etapa.

A tu mami no la podía ver. Cuando la veía ya le quería morder el cabello, había que tener cuidado porque pegaba unos arrancones… A los otros caballos, por ejemplo, les mordía la cola y les sacaba los mechones, ¿no? Así era esa yegua, bien celosa, pero muy buena.

¡No te imaginas todas las cosas que hacíamos!

Inclusive unas caídas de pendiente sobre una laguna. Era una cosa muy emocionante llevarla. Todo el mundo la admiraba, ¿no? Porque en las pruebas hípicas participa mucha gente adinerada y con buenos caballos y no podían hacer lo que hacía esta yegua, tan buena que era, hasta ahora la recuerdo mucho.

Esta foto fue en el contexto de un entrenamiento en la pista hípica del cuartel del Potao de la 24 Comandancia.

Hubo un Concurso

Había un club, Huachipa, era un club ecuestre. Hasta ahora existe. Es un club de millonarios. Entonces, nosotros íbamos ahí a competir.

Me tocó la suerte de que mi yegua no botaba obstáculos. Pasaba la pista y no botaba.Y tenía que pasar de nuevo y no botaba.

Fueron subiendo, fueron subiendo la altura. Hasta que…los dos últimos saltos, uno era de triple vara, y el otro era un muro.

Entonces la yegua esta, Miss Tacna, se pasó los dos obstáculos limpiecitos sin tocarlos.

Y ahí ya me gané el concurso, porque ya no quisieron poner más altura.

Entonces, cuando yo pasé el metro ochenta, me gané todos los concursos…

…y los ricachones de este club comenzaron a traer caballos argentinos que saltaban mucho más que nuestra yegüita…esa fue la historia con mi yegua.

Por amarrete no tengo foto

¡esa foto!… yo fui tonto porque me la ofrecieron para comprarla y yo de amarrete no la compré. Entonces no tengo esa foto, debe tenerla una de las amazonas de recuerdo.

Miss Tacna se fue a Tacna

La pobre yegua de tanto saltar, se golpeó una vez la rodilla, se le hinchó y nunca más pude bajarle la hinchazón. Entonces ya la yegua pasó al retiro y la mandaron a la remonta.

La remonta es un lugar, es como una granja donde se crían los caballos, y eso quedaba ya en Tacna.

Y así fue que la Miss Tacna se fue a Tacna y debe haber muerto en Tacna.

Seguramente que tuvo su cría, nunca me dijeron qué fue de eso.

Ese recuerdo que tengo maravilloso de esa yegua tan buena, tan buena y noble.

Me cambiaron de unidad y ya no tenía caballos

Los caballos se quedan con la gente del cuartel. Entonces, cuando ya me cambiaron, yo fui a otro puesto donde no tenía opción de practicar. Y si no practicas en el caballo, vas a fallar.

Yo dejé de saltar porque me mandaron al Centro Superior de Estudios Policiales. Y había que estudiar pues, porque si no, a uno lo sacaban de ahí y perdía el valor para poder ascender.

Entonces, yo tenía que dedicarme más a estudiar que al caballo. Eso ha sido hasta que tú tenías más o menos un año.

Al caballo iba yo los domingos, me paseaba un poco, saltaba de cuando en cuando, pero ya no era titular.

Los saltos más bellos del mundo

Tras dejar las competencias de salto y alejarse del mundo hípico, la fascinación de mi papá con los caballos continuó. Su siguiente objetivo fue visitar la Escuela Española de Equitación de Viena, la más antigua del mundo y donde se practica una técnica de equitación renacentista desde hace más de 460 años.

Aquí se crían y entrenan unos caballos blancos enormes llamados Lipizzanos, considerados los más bellos y dóciles para la equitación. Fueron llevados desde España hasta la corte de Viena por el emperador Fernando I.

En 1982 mis padres visitaron Viena con la intención de ver a los caballos Lipizzanos pero, para su mala suerte, la escuela estaba cerrada. En el 2020 lo intentaron por segunda vez, pero tuvieron que cancelar su viaje por la pandemia del Covid-19.

Por fin, en el 2023, casi 40 años después de ese primer intento, nos encontramos en Viena para ver a los caballos, ¡Y esta vez por fin tuvimos suerte!

¡Siempre a caballo!

Hace poco mi papá nos regaló uno de sus preciados prendedores de la Guardia Civil, muy parecido al que luce en esta foto que le tomé durante una visita que hicimos a la 24 Comandancia «El Potao» en el 2021. Le tocó dirigir este cuartel a finales de los años setenta y fue aquí que conoció a Miss Tacna y pasó horas entrenando con ella.

No habíamos visitado la institución desde hacía varias décadas y fuimos recibidos con mucho entusiasmo y amabilidad por su actual jefe.  Al finalizar la visita, él y los miembros del cuartel tuvieron un gesto muy especial con mi papá.

A la distancia: entre el recuerdo y la mirada presente

Este proyecto no tiene una fecha precisa de inicio, pero cobró forma a lo largo del Taller de cuid-ARTE/cui-DARTE dirigido por la profesora Leda M. Pérez y el profesor Cesare Del Mastro en la Universidad del Pacífico  (Lima, Perú) entre Marzo y Junio del 2025.

Agradezco infinitamente a ambos su iniciativa, generosidad acompañamiento y, muy en especial, por permitirme participar de manera remota. Agradezco también a cada participante por construir juntos este espacio de cuidado e inspiración.

Se Llamaba Miss Tacna es un capítulo del docuweb A LA DISTANCIA: ENTRE EL RECUERDO Y LA MIRADA PRESENTE. 

 

CRÉDITOS

Las fotografías y video son de nuestro archivo familiar. Las imágenes de los caballos Lipizzanos y sus implementos pertenecen a Helmut Graf.

Los testimonios de audio son de Benjamin y Marina Quea y fueron compilados durante nuestras llamadas vía whatsapp.

Concepto, retoque digital, edición y diseño web de Viviana Quea.

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